viernes, 26 de febrero de 2010

Dándonos la espalda, poco a poco empezamos a caminar


♪Quería darte las gracias,
no podía dártelas,
porque parecería un adiós para siempre
y era demasiado triste.
Un día, inesperadamente,
me quedé asombrada ante el nuevo paisaje,
que parecía elegido por mí misma.
Fue entonces cuando un dulce viento,
dulce como tú, soplaba.
Quería decirte te quiero,
no pude hacerlo porque realmente sentía
como si eso fuera mi mayor mentira.♪

No hay comentarios:

Publicar un comentario